Transtornos
Aunque los transtornos de alimentación, y en particular, la anorexia y la bulimia han estado presentes a lo largo de la historia, es, en nuestros días cuando están aumentando considerablemente. Para entender sus causas hay que tener en cuenta la historia personal y familiar, las características individuales y las presiones sociales.
Las mujeres son las que sufren principalmente este tipo de transtornos por la imposición de modelos estéticos.
¿QUÉ SON LA ANOREXIA NERVIOSA Y LA BULIMIA NERVIOSA?
Son transtornos de alimentación. Cuando tenemos bulimia nerviosa nos damos atracones de forma recurrente, es decir, consumimos una gran cantidad de comida en un corto periodo de tiempo; esto va acompañado de un fuerte temor a no poder cesar de comer; y nos autoprovocamos vómitos o utilizamos muchos laxantes, diuréticos u otros medicamentos o puede que ayunemos o hagamos ejercicio en exceso y nos preocupemos de forma exagerada por nuestro peso y forma corporal.
Es importante distinguir la bulimia nerviosa de otras situaciones emocionales, sociales y clínicas en las que comemos más de la cuenta.
Cuando tenemos anoréxia nerviosa nos provocamos una pérdida de peso;nos vemos gordas y sentimos un intenso temor a engordar, llegamos a estar tan delgadas que la regla desaparece (amenorrea).
Hay distintos tipos de anorexia: restrictiva, aquella en la que se restringe la alimentación y/o se realiza un exceso de ejercicio físico; y bulímica, en la que se dan atracones y/o se provocan vómitos.
¿CÓMO SE PRODUCEN ESTOS TRANSTORNOS?
Aunque cada casa es diferente, vamos a ver una de las formas más frecuentes en la anorexia. Inicialmente perdemos unos kilos, y como pensamos que deberíamos perder algunos más quemamos esas calorías haciendo deporte. Pensamos que nuestra pérdida de peso va a ser recompensada socialmente, sin embargo, normalmente mantener las dietas y alta actividad física hace que quizás empecemos a bomitar y/o a pensar a no comer aún teniendo hambre. El miedo a engordadr nos impide dormir bien, el centro de nuestros pensamientos es cómo adelgazar y a estar convencido de que cuantos más kilos se pierdan más feliz será.
Te vas aislando más y más cuando nos sentimos insatisfechos, tristes y no nos sentimos comprendidos, estamos deprimidos porque nos creemos que no estamos delgados, ya que distorsionamos la imagen de nuestro cuerpo.
La familia y las amistades empiezan a preocuparse cada vez más y a decirnos que estamos muy delgados, piensan que lo único que nos pasan es que no queremos comer, no saben que nuestro problema va más allá y que se trata de una enfermedad que es la anorexia. La alarma de gravedad de esta situación surge cuando la negativa a comer es muy marcada, y la delgadez se hace extrema o bien la regla desaparece.
En el caso de la bulimia nos damos atracones una y otra vez, acompañados del temor a engordar. El motivo del atracón suele ser el hambre cuando tenemos un peso inferior al que nos corresponde o nos estamos alimentando con una dieta restrictiva. Con el tiempo, el atracón lo usamos como recurso para aliviar el extrés emocional ante el aburrimiento, la depresión, la ansiedad, el enfado, etc.
Después del atracón, sentimos culpa y nos atormentamos por la sensación de pérdida de control y aplicamos algún método de purga como el vómito, los diuréticos y los laxantes. La paradoja es que el ciclo de hacer una dieta, atracarse, purgarse, muy lejos de soluciionar el problema, contribuye a perpetuarlo.
Poco a poco se pierde el control cada vez más, hasta el punto que debemos vomiitar cada vez que comemos. Todo esto transcurre en forma secreta y a una práctica de la cual nos sentimos avergonzados, se va generalizando una sensación de malestar e inquietud.
Los atracones los vivimos como ajenos y repugnantes, pero nos sentimos incapaces de controlarlos. Tenemos sentimientos de vergüenza, culpa y tretas para poder continuar con las prácticas secretas que sentimos que no podemos evitar.
Todos estos son los factores que `posibilitan el mantenimiento de estos transtornos.
